El cólico del lactante es un proceso  que sufre el bebé en los primeros meses de vida.

Generalmente sucede en los primeros 3 meses de edad aunque eso  no significa que no pueda aparecer o alargarse, incluso, al 5º o 6º mes de vida.

La característica principal es un llanto inconsolable, constante y duradero que suele perdurar más de tres horas y varias veces al día, aunque predominantemente por la tarde.

♦ ¿CUÁLES SON LAS CAUSAS?

No se sabría definir cuál es la causa exacta de su aparición pero se barajan varias posibilidades:

  • espasmos del intestino
  • un sistema digestivo aún inmaduro
  • la presencia de gases
  • intolerancia a la proteína de la leche de vaca ( de la madre o del bebé)
  • falta de consuelo y afecto
  • un ambiente en el  que haya personas preocupadas, ansiosas, nerviosas e irritables
  • problemas durante el parto
  • el uso de aparato instrumental durante el nacimiento ( fórceps, ventosa, espátula…)
  • la colocación del bebé en la barriga de la mamá, la forma de nacer el bebé  e incluso el mismo parto aunque haya ido con toda normalidad y naturalidad ya que el paso de la cabeza del bebé por el canal del parto le genera una presión muy elevada en su cabeza ( entre  17 y 23 kg)  que generan  tensiones a nivel craneal y con ello una serie de consecuencias que pueden provocar diferentes problemas en los bebés, entre ellos el còlico.

Tengo que resaltar que, independientemente de que tenga o no cólico, un bebé que ha nacido con ventosa o fórceps, aconsejo siempre hacerle un tratamiento de Osteopatía para regularle las disfunciones y tensiones que crean estos instrumentos y así evitar problemas futuros tales como el cólico, el reflujo, problemas visuales, escoliosis, alteraciones en el comportamiento del niño, irritabilidad, dolores de cabeza, problemas para dormir…

♦ ¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS?

Los síntomas más frecuentes con los que suele cursar el cólico son:

  1. Llanto desesperado

  2. El abdomen distendido,  hinchado, en tonel y duro

  3. El niño encoge todo su cuerpo

  4. El niño no puede dormir, irritabilidad e intranquilidad

 

♦ ¿QUÉ HACER CUÁNDO HAY CÓLICO?

Cuando los padres acuden a la consulta, vienen, evidentemente, ¡¡muy desesperados!! por cómo se encuentra su bebé.

Generalmente ya han acudido al pediatra y tras la toma de la medicación que les suelen mandar para los gases y la realización de unos masajes en la barriguita del niño por parte de los papas, ven que su hijo/a no mejora y sigue llorando desconsoladamente y no hay forma de tranquilizarlo.

Es por ese motivo, por el que vienen a nosotros.

O bien nos visitan porque han “oído” decir que los fisioterapeutas le hacen un tratamiento para mejorarlos, o bien porque realmente conocen nuestro trabajo, que son los menos casos aunque cada vez más esta realidad está cambiando.

Y,entonces, ¿ cuál es ese tratamiento que realizamos? 

Pues ese tratamiento es la Osteopatía Pediátrica, uno de los más efectivos e inofensivos para el cólico del lactante, con técnicas adaptadas a los bebés.

 

♦ ¿EN QUÉ CONSISTE  EL TRATAMIENTO?

En la primera visita, lo primero que hago es una entrevista con los padres para que me cuenten qué le pasa a su bebé, qué síntomas tiene, cuánto tiempo lleva así, cómo se comporta, cómo fue el embarazo y el parto… en fin, una serie de preguntas que me ayudan a diagnosticar el verdadero problema que tiene nuestro “pequeño paciente” porque no siempre es cólico lo que les sucede, a veces se confunde este fenómeno con otros diferentes como puede ser, por ejemplo, el reflujo gastroesofágico.

Una vez hecha la anamnesis con los padres, hago una exploración al bebé para percibir, con mis propias manos, cómo se encuentra  y qué problemas tiene.

Posteriormente, comienzo a realizar el tratamiento que consiste en una serie de técnicas muy suaves para regular todas aquellos problemas que hemos ido encontrando en nuestra exploración, tales como disfunciones y tensiones a nivel craneal, tensiones a nivel visceral, abdomen duro y con gases, pérdida del ritmo cráneo-sacro… y otra serie de signos y síntomas que el bebé pueda padecer que no tenga nada que ver con el cólico.

  • Las técnicas craneales que hago tienen como fin regularizar dichas disfunciones y tensiones, antes mencionadas, que provocan, entre otras cosas, una alteración de la inervación de todo el sistema digestivo; entonces,  con estas maniobras el intestino recibe la información adecuada para que no se espasme y para que se relaje y se corrige ese “circuito” de  estímulos nocivos de dolor enviados por el sistema nervioso, que son culpables, en parte, de todo este proceso doloroso. Además de este objetivo tan IMPORTANTE,  otra de nuestras metas al tratar la cabecita del bebé es darle armonía a los movimientos de los huesos craneales, disminuir las presiones que han sufrido en el momento del parto y así hacer una liberación de todo el sistema osteo-membranoso, importantísimo para el buen desarrollo del bebé.
  • Una vez que normalizamos el cráneo, pasamos a hacer un tratamiento a nivel visceral a base de una serie de técnicas y masajes para relajarle los espasmos, ablandarle, darle movilidad y motilidad a todo sus sistema digestivo.
  • Otro aspecto que no se no se olvida es hacer una regularización del ritmo cráneo-sacro para, así, conseguir un equilibrio completo entre cabeza y extremidades superiores con toda la columna y extremidades inferiores y todas las estructuras que se comunican entre ellos.
  • Una vez finalizado el tratamiento estructural, es decir, la parte física del niño,  procedo, porque lo considero fundamental, a hacerle una medición para ver si tienen algún bloqueo emocional y/o energético, que, desafortunadamente, muchas veces existe. Y  los papás siempre se preguntan: ¿ cómo es posible que esto ocurra si en su corta vida no ha sufrido estrés, ni tiene, aparentemente, problemas?.  Pues si, tan  pequeños pueden aparecer bloqueos de este tipo. O bien aparecen porque el niño esté nervioso por el ambiente que le rodea y todas las situaciones los bebés las absorben , o porque, durante el embarazo, la madre ha podido pasar algún episodio de estrés, nerviosismo, preocupaciones, miedos… y todo eso se transfiere al bebé, nos guste o no. Es por ello imprescindible que las mamis vivan su  embarazo lo más tranquilas posible, serenas, felices, con las menos  miedos, sin estrés…

Por todos estos motivos un niño puede estar nervioso, irritable, llorar…

De ahí la medición que hacemos para ver si existe algún bloqueo en este aspecto.

En caso de existir, lo tratamos con Flores de Bach, Reiki, Cromoterapia… para así lograr una equilibración física, emocional y energética.

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♦ ¿QUÉ OTROS ASPECTOS SE PUEDEN TRATAR CON OSTEOPATÍA  PEDIÁTRICA?

Cuando el bebé nace sus huesos no están unidos totalmente, las fontanelas no están cerradas ni las suturas craneales tampoco.

Este hecho hace que cuando el niño pasa por el canal del parto en el momento de nacer, los huesos se solapan, es decir,  no encajan, sino que uno se “introduce” un poquito dentro de otro.

Esta situación, no conocida prácticamente por nadie, tiene y debe ser tratada para evitar posible problemas futuros en el bebé y que todo el sistema osteo-membranoso de la cabeza se equilibren.

Este tratamiento se debería de hacer en la primera semana o 10 días de nacimiento.

Con la osteopatía también podemos tratar problemas como la otitis, abolladuras en la cabeza, tortícolis, plagiocefalia, platibasia, obstrucción del canal lagrimal, reflujo gastroesofágico, bronquiolitis, displasia de cadera…

Y lo más importante es darle a los niños mucho AMOR que es lo que necesitan y más cura.

Patricia Tallante

Patricia Tallante Yera

  Fisioterapeuta y especialista en Osteopatía pediátrica.

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